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Arquitectos a Cargo: Shinagawa arquitetura
- Área: 300 m²
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Fotografías:Evelyn Muller
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Proveedores: Deca, Hansgrohe, Indusparquet, Lumini, Portobello, Vallvé

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Implantada en las laderas boscosas de la Serra da Mantiqueira, la Casa Tikira fue concebida como un refugio de contemplación y reconexión. El proyecto nace del diálogo entre formas esenciales y el paisaje de Campos do Jordão, marcado por un clima templado y vegetación nativa.

Desde la implantación, se buscó minimizar el impacto en el lugar. Se preservaron los árboles nativos y se aprovechó una meseta existente para acomodar el volumen principal. Parte de la casa permanece en voladizo sobre la pendiente natural, lo que reduce el movimiento de tierra y mantiene la topografía original.

La planta fue concebida en forma de U, con volúmenes ligeramente desplazados para responder a la distribución y a la función. Esta estrategia crea relaciones visuales y de circulación entre los bloques, conectados por patios y por una pérgola calada que filtra la luz y marca la transición entre interior y exterior. En el centro, se abre un patio orientado hacia el valle. El volumen principal, con techo a dos aguas y grandes paños de vidrio, reafirma el arquetipo de refugio y enmarca el paisaje. En las alas laterales, las suites reciben generosa insolación y ventilación cruzada, reduciendo la necesidad de climatización artificial.

La estructura combina cimentación de hormigón y armazón metálica, lo que permite amplios vanos y ligereza visual. Los cerramientos mezclan mampostería y madera, con revestimiento exterior en madera natural certificada. En el piso, la madera maciza predomina en las áreas sociales e íntimas, reforzando la sensación de acogida y continuidad visual. El porcelanato de gran formato, con textura satinada, se reservó para las áreas húmedas como baños, lavandería y el taller de cerámica, garantizando durabilidad y facilidad de mantenimiento.


Las soluciones sostenibles orientan toda la concepción. Se adoptaron estrategias pasivas de ventilación e iluminación, implantación con orientación solar estudiada y uso de materiales de origen local. La cubierta recibe paneles fotovoltaicos para generación de energía, el calentamiento de agua es solar y la recolección de lluvia abastece sistemas de reutilización. La casa también cuenta con tratamiento de aguas grises, ampliando la eficiencia en el uso de los recursos hídricos. La preservación de la vegetación y el asentamiento sobre la meseta existente reducen la huella de la obra y refuerzan el vínculo con el lugar.

En el interior, la carpintería fija diseñada por el estudio organiza los espacios e integra funciones. El mobiliario combina diseño brasileño contemporáneo y piezas artesanales, creando un lenguaje de confort, simplicidad y funcionalidad. Un volumen adicional, inmerso en el bosque, alberga el taller de cerámica de la propietaria y su hija, ampliando la experiencia creativa en contacto directo con la naturaleza.

Más que una casa, la Casa Tikira es una arquitectura de presencia. Convierte el ritmo del bosque en forma, luz y textura y propone un modo de habitar íntimo, simple y enraizado en el territorio.



























